Mario Conde conoció el poder y formó parte del sistema que él mismo define como “una conjunción de medios de comunicación, finanzas y política”. El ex banquero confiesa haber sido expulsado del paraíso para ser conducido a la soledad de la cárcel. Hoy, con los mismos ojos, mira de otra forma. En su retiro de A Mezquita (Ourense) deja el pasado atrás, se afirma en el presente y trata de atisbar futuro.
Usted llegó muy arriba y lo hizo muy rápido. ¿En algún momento tuvo sensación de vértigo o no tuvo tiempo?
Si tú te identificas con lo que eres sí. Yo alguna vez paseaba por la calle Alcalá, ejercía como abogado del Estado y enfrente estaba la central de Banesto. Miraba a Banesto y decía qué habrá allí dentro, qué pasará allí dentro, porque los que suelen escribir sobre los bancos, como los que suelen escribir sobre el poder, son espectadores que reciben alguna información que generalmente es bastante intencionada. Entonces, el día que me senté en la mesa de Banesto, dejé de ser un espectador y empecé a ver cómo funcionaba verdaderamente y de primera mano. Más que vértigo, sientes que de ti no solo dependen 20.000 personas, sino que dependen decisiones que pueden afectar a la economía de un país. Me dije a mí mismo que para qué estaba allí, y que si la vida me había dado esa oportunidad, que yo no quería, sería para algo, y tuve una actitud al margen de los intereses del sistema. Vértigo no tuve, miedo tampoco pero yo estaba convencido de que algo iba a pasar.
De usted se ha dicho que era amigo del Rey y, al mismo tiempo, que conspiró contra él; que era amigo de Polanco, pero que a la vez tenía intereses en El Mundo; que la masonería lo ayudaba, pero que el Opus Dei le veía con buenos ojos. De todo lo que se dice, ¿Qué es verdad y qué no lo es? ¿Está dispuesto a contar y a distinguir el grano de la paja?
Luis María Ansón, hace poco tiempo, explicó que en el año 1993 existía una corrupción política generalizada. Decía que en aquel entonces en José María Aznar no creía nadie y que Felipe González tenía un partido dividido. La debilidad estructural del sistema era muy grande y muchos intelectuales escribían sobre un gobierno de salvación nacional. Él dijo que en los medios aparecía mi nombre. Entonces contó que se reunieron los partidos políticos y decidieron echarme. Yno solo echarme, sino aplastarme para impedir que se formase un gobierno de salvación. ¿Es eso verdad?, Anson añade, lo digo yo porque estaba en la fila 0. Lo único que está claro, a la vista de lo que está pasando en el mundo, es que la decisión sobre Banesto no tuvo nada que ver con lo financiero. Ahora ya lo sabemos, hace unos años no.
En un sector de los medios y entre algunos líderes de la opinión se cantan las virtudes del liberalismo. Se habla de libertad y propiedad, menos impuestos, más seguridad. ¿Cómo escucha esta melodía?
No creo que la solución esté en el liberalismo pero no lo creo como una demostración teórica sino empírica. La desregulación financiera es la que provocado todo el caos. Yo, en el año 1992, ante el Papa y el Rey, defendí que el mercado no era la solución: una de dos, o introducíamos factores de corrección al funcionamiento del mercado o nos veríamos abocados por el capitalismo a una situación grave, ya que nos ha demostrado que por sí solo no funciona. El mercado es una entelequia y no va bien por las personas que lo administran. El problema está en una serie de señores que han manejado ingentes cantidades de dinero con una estructura moral laxa y que han hecho operaciones en su propio beneficio; ocupémonos en educar a las personas que administran el mercado porque si las educamos en los valores del cortoplacismo, da igual que sean liberales o medio pensionistas. No obstante, también en sistemas donde no ha triunfado el mercado hay grandes fracasos. ¿Por qué han fracasado el marxismo y el liberalismo puro? Por los hombres, por el esquema de valores de quien administra el sistema. Lo importante es el material humano.
Entonces, tenemos que volver a Cádiz y a sus proclamas de leyes sabias y justas o al gobierno de los sabios de Platón. Implica un cierto buenismo lo que está diciendo...
Tenemos que poner el acento en la educación y no en la producción de normas. No me sirve de nada una ley, porque son definiciones abstractas. Una sociedad no se rige por una ley sino por las personas que las administran, ésa es la clave. Si tú tienes el convencimiento de que el ser humano tiene tendencia a escorarse al egoísmo y si, encima, le das leyes liberales, el resultado se ve venir. Hay que cortarle al ser humano las alas que le permitan volar en una dirección incorrecta.
¿La crisis que padecemos a nivel mundial está bien dimensionada?
Si hay alguien que diga que una sociedad con cuatro millones de parados no está en crisis me ahorro el adjetivo. Si alguien dice que estamos saliendo de la crisis porque sube la Bolsa cuando aumenta el paro, también me voy a tener que ahorrar el adjetivo. Un sistema que ha conseguido generar cuatro millones de desempleados es un sistema que ha fracasado, es una sociedad fracasada. Por tanto, saldremos de la crisis cuando nos acerquemos a niveles de empleo óptimos. Están acostumbrados a tratar a la gente como si fueran números. Detrás del desempleo hay un drama personal. Yo tengo un sobrino que tiene 34 años, que ha ido haciendo las cosas bien y me pregunta: “Oye, ¿qué he hecho mal?”. Claro que hay una crisis muy profunda, pero como resulta que ya caemos menos en el PIB o ha subido la Bolsa, nos quedamos tan frescos. Volvemos a los parámetros de la eficiencia económica que no tienen nada que ver con la eficiencia social.
Y la solución… ¿Cree que el Gobierno hace lo correcto?
Este Gobierno hace cosas bien y otras mal. Cuando hay una crisis sistémica no hay magos salvadores. El Gobierno hace cosas de improvisación porque los datos le están cayendo encima. Yo no me creo que no supieran nada en 2008, pero tampoco creo que lo supieran todo. Tampoco creo que el señor Solbes sea tan malo ahora y tan bueno antes y hubiera que destituirlo. Al señor Solbes hubo que destituirlo porque defendió la teoría de la riqueza financiera que está en la base de la crisis.
Desde la otra orilla vienen dos recetas: recortar el gasto público y flexibilizar el mercado laboral…
Es lo único que se les ocurre a los intelectuales: flexibilizar el mercado laboral. Tenemos cuatro millones de parados y si flexibilizamos más, ¿qué va a pasar?. Segundo problema, claro que hay que recortar el gasto en lo posible pero en épocas de crisis y de bonanza. Lo que ocurre es que si tú tienes tal cifra de desempleados en una sociedad y no los atiendes de una manera medianamente digna, lo que vas a tener es un problema muy grave. Una sociedad no se puede permitir millones de personas en paro; de algún sitio tiene que salir el apoyo que necesitan. Habrá que recortar el gasto, pero ¿cómo es posible no incrementar la presión fiscal cuando se dan circunstancias extraordinarias y hay una serie de personas que lo necesitan? Yo no sé cómo se hace. ¿Qué se consigue dándole a la máquina? ¿Emitiendo papel moneda? Pero si es que emitir papel moneda es una forma encubierta de impuestos. Es que es una engañifa.
¿El único modelo que vale es el capitalismo…El socialismo real ha fracasado o puede reinventarse?.
La sociedad occidental ha fomentado el individualismo, la ausencia del sentido comunitario, no hay una noción de pertenencia a una comunidad. En todo caso, pertenencia a un grupo de intereses con un componente económico sustancial y menos social. Esa es la estructura que hemos creado. La estructura individual se ha traducido en una sociedad plana sin mecanismos de respuesta; tenemos crisis sí, grave, sí. Dígame una universidad que haya dicho algo importante, dígame un colegio que haya dicho algo importante, dónde están los intelectuales, cuál es la gran ocurrencia de los intelectuales: flexibilidad del mercado laboral para salir de la crisis, ésos son los intelectuales. Los intelectuales han estado presos dentro del sistema, lo único que han consumido son palabras y nada más que palabras, pero la gente les compra las palabras y el resultado final es individualismo recalcitrante y una mentira lacerante. Hemos perdido el sentido de comunidad y hay un efecto centrípeto, vuelve cada uno a identificarse con una comunidad y entonces volvemos a reconcentrarnos en nuestros pequeños grupos. El renacimiento de las identidades no es un problema de dinero, sino de autoidentidad.
Pero existen otras voces que desde la razón proclaman otras alternativas y no se les escucha.
No los conozco, pero la sociedad está obligada a estructurar plataformas organizativas para que los intelectuales puedan introducir mensajes.
También España está en una encrucijada. Algunos ‘profetas’ dicen que ya no existe ….
¿Que no existe España? No entiendo eso. Mire, cuando entramos en el euro, entramos en un proceso constituyente porque estábamos perdiendo parte de soberanía. Ahora nos encontramos en una estructura en la que algunos españoles piensan que no funciona adecuadamente. En 2001, Aznar proclama que consiguió el milagro del euro. Hoy algunos ponen en cuestión este éxito y dicen que fue un proceso precipitado. Ahora bien, respecto a los poderes territoriales, si se cede la soberanía monetaria y LA parte de la soberanía de defensa parece bastante lógico qué los entes territoriales tengan una tendencia al entendimiento más directo con la zona del poder. La estructura del estado español es costosa, siguen sin definirse los esquemas de competencias, hay duplicidades, no se atreven a ceder poder a las autonomías. Hace falta una revisión del sistema para que funcione mejor y con menos coste. Soy partidario de desconcentrar poder y de que el ciudadano tenga el poder más cercano, pero siempre que no implique duplicidades y que genere costes que luego no podemos pagar.
Lo que ocurre es que entran en juego identidades y sentimientos. En Cataluña y Euskadi están muy marcadas y asumidas, y en Galicia existe un sentimiento nacional creciente...
Soy, por parte de padre, de Allariz y, por parte de madre, de Covelo. Cuando salí de Galicia para Alicante, a los 9 años, a mi hermana le decía: “Imos morrer porque non chove”. El gallego tiene un sentimiento de que es gallego. Yo creo que es mucho más profundo que el catalán o el vasco porque no conozco una estructura jurídico-política que defina el Estado vasco; sí lo hubo en Cataluña dentro de las Cortes de Aragón. En Galicia, tú te asomas ahí y vas a ver Galicia, Portugal y Castilla; si eres capaz de decirme dónde empieza uno y dónde termina otro, yo me haré excluyente, mientras tanto no. Nosotros tenemos un sentido de que somos de aquí. Nunca hemos dejado de ser gallegos perteneciendo a Asturias, Castilla... El sentimiento gallego es extremadamente profundo.
Y Galicia, ¿se queda o despega?
Yo tuve muchas dudas. Tenemos una orografía complicada pero nos hemos librado de las estructuras cortesanas, las revueltas han sido más lentas y hemos crecido más pausadamente. Hoy tenemos el índice de paro más bajo de España, tenemos menos dinero prestado en promoción inmobiliaria...Galicia tiene una estructura macroeconómica más adecuada. Creo que está llamada a jugar un papel más importante que el que históricamente nos han asignado.
¿Le sorprendió el cambio político?
Me sorprendió por lo corto en el tiempo. Me resisto a creer que, sinceramente, una fotografía en un yate haya sido determinante en el cambio. Prefiero sentirme gallego de otra manera, creo que a lo mejor no se hicieron las cosas bien.
La foto en un barco, las sillas para el despacho de Touriño y el coche oficial del entonces presidente fueron los ejes de la campaña…
Me llama la atención el tema del barco pero, vamos a ver, ¿qué tendría que fotografiarse , en una barca con remos? Me pregunto: ¿entonces sería diferente? No me parece serio y prefiero pensar que mi pueblo no vota en función de una fotografía, quiero pensar que el pueblo es un pueblo maduro.
Puede ser que con la derecha los gallegos sean más permisivos.
Puede ser y seguramente es así, pero la izquierda tenía más obligación. Si la izquierda tiene un diagnóstico y quiere introducir factores de cambio, tiene que hacer una radiografía de su pueblo.
Su vida transcurrió algunos años en una cárcel. Háblenos de su prisión.
Y por qué no te vienes conmigo a ella [risas]. Dicen los místicos que la verdad es una experiencia; te vienes y lo cuentas. [La conversación se interrumpe y contesta al teléfono en gallego: “Chámote despois, estou nunha cousa”.]
¿Fala vostede galego?
Antes de que tú nacieras ya hablaba gallego y no pasaba nada. Hubo un pacto entre mi padre y mi madre: mi padre dijo que mi madre me hablara en galaico-portugués y yo le contestara en castellano, pero por las cosas de entonces. Mi madre siempre me habló en gallego, además soy de Allariz.
¿Quiere decirme que simpatiza con el nacionalismo?
Un día estuve con una chica y me fue enseñando unas obras. Al final del día me dijo que era hermana de Anxo Quintana y que venían de Vilaboa (Allariz). A lo mejor hasta somos parientes, aunque en Galicia parientes somos todos.
En su último libro nos cuenta…
Hablo de una persona que pasa de presidente de Banesto a prisionero. Estuve con mucha gente, pero en la cárcel pasé 15 años y es lo que cuento. En la cárcel estás contigo mismo y el espejo no le gusta a todo el mundo; de hecho, la gente muere en la cárcel. Fíjate en las personas importantes que han estado y no han podido resistir ese espejo: Mariano Rubio, el presidente de Enron, el presidente de Parmalat... Yo me dije: “Aquí no voy a morir, toca aguantar”. Y se aguanta con ejercicio todos los días, todas las tardes y todas las noches.
Ese ejercicio diario, ¿está relacionado con la vida interior y la resistencia moral?
Yo me propuse dos cosas ya que no me importan nada culpabilidades o inocencias. Es una chorrada, si hubiese culpabilidades, ya están pagadas y, si hubiese inocencias, es inútil, nadie me va a devolver mi tiempo. Sí podía hacer una cosa: demostrar la resistencia. Pero, para resistir, hay que estar muy convencido de unas ideas. Estaba charlando un día con una chica que había ingresado por colaboración con la banda terrorista ETA y le pregunté: “¿Qué haces aquí?”. Me dijo: “Estoy aquí por lo que estoy haciendo, ya sé que si soy fiel a mis convicciones me van a meter en la cárcel”. Yo no participo de los ideales de ETA pero, si un hombre tiene una determinación y un ideal, me parece muy importante. Yo me propuse mandar un mensaje: se resiste y no importa que haya sido presidente de un banco, lo importante es que seas persona muy humana, no de cartón. Pasear por las moquetas de la banca lo sabe hacer todo el mundo, pero aguantar 15 años de preso no. Y, si eso se consigue, significa que se puede resistir.
¿Por qué en Occidente no se trabaja la vida interior y emocional?
Esto tiene un arranque muy preciso, hasta el siglo XVI, que es cuando aparece el cartesianismo. El hombre es un compuesto, esto hace que la separación cuerpo-alma del hombre sea inexistente. El tránsito del Medioevo a la edad Moderna es la ruptura de esa sensación de seguridad y la produce Descartes que dice: “Cogito ergo sum”, razono luego soy. Entonces, una cosa es el cuerpo y otra el alma. Los científicos se ocupan del cuerpo y los extravagantes del alma. Se inicia una estructura educativa en lo racional, que estamos arrastrando. Este modelo de lo racional ha fracasado porque no es cogito ergo sum sino razono porque siento, razono porque vivo, razono porque tengo dudas y eso pertenece al territorio de la humanidad.
Parece que nuestro modelo no potencia el autoconocimiento, la autoexploración.
Claro. El problema es que el esquema cartesiano se ha caído y los descubrimientos de la física cuántica están dándoles la razón a los místicos. Le dan la razón de una manera absolutamente integral.
¿Se puede distinguir entre existencia íntima y existencia social?
Durante un tiempo, el hombre intentó entenderse a sí mismo. A partir de ahí, dejó de entenderse, dejó de explicarse, empezó a creer que todo era un mecanismo de razón y Newton explicó la Ley de la Gravedad y la industria farmacéutica siguió la pauta. Cuando ibas a un médico, trataba de averiguar por qué tenías fiebre y la industria farmacéutica pasó a transformarse en una industria del dolor. Ahora se ha descubierto la inmunología, el pensamiento integral de Wilber en el análisis emocional, la física cuántica en la explicación y el mundo ya ha cambiado. Y, mientras tanto, hay señores que andan por ahí y no saben que ha cambiado.
¿Nos siguen determinando las creencias?
Estoy leyendo Biología de la creencia. El papel de la creencia de cómo está organizada la sociedad. Te involucra en una serie de creencias y el proceso de maduración del ser humano es descubrir que las creencias con las que has convivido eran gilipolleces históricas. Las creencias son analgésicos de la angustia. La biología de la creencia te demuestra que tú y yo no estamos condicionados por la estructura genética, el ADN son antenas de frecuencia y ya hay experimentos relativos a este esquema; no conocerlos es casi un delito de lesa humanidad. En la fundación de mi mujer [Lourdes Arroyo] vamos a hablar del peso emocional en la estructura orgánica. Si llegas a la conclusión de que los esquemas emocionales del ser humano pueden transmitirse o transformarse o llegar a convertirse en lesiones orgánicas tendremos que organizar la vida social de tal manera que evitemos al máximo las tensiones emocionales exageradas.
Del mundo de la ideas al de las sombras. Su futuro puede pasar por la vuelta al ágora.
Que los políticos no monopolicen lo público, lo público afecta a la sociedad: las universidades son públicas, los intelectuales son públicos, los que emitimos opiniones somos públicos.
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